LA AMISTA

Dicen que el amor hay que cuidarlo como si de una delicada flor se tratara. Esto es que hay que dedicarle delicadas atenciones, cuidarlo día a día, regarlo a menudo… es evidente que no vamos a mojar a nuestra pareja, eso sólo es un sentido figurado.

Regar el amor se refiere a cuidarlo cada día y a demostrarle que es lo más importante en nuestra vida. Con detalles, con regalos, gestos,…no todo en el amor es material. Un buen gesto o un precioso detalle que demuestre que nos hemos acordado de nuestra pareja, puede ser igual de efectivo que una cena en un restaurante de lujo. Porque a veces las cosas más pequeñas, si nos sorprenden, son igual de especiales que las grandes.

Por ellos vamos a ofrecerte una serie de ideas y consejos para que puedas sorprender a tu pareja. Evidentemente, todas estas propuestas las debes comparar con tu pareja: analizar sus gustos para ver si esa sorpresa le gustará.

Las flores es uno de los detalles y regalos que les gustan a todas las mujeres. Además, un hombre que regala flores a menudo es muy poco común. Eso lo debes aprovechar, para ganarte aún más a tu pareja.Las rosas son, quizás, las flores más románticas.

Recuerda que cualquier momento es el indicado para regalar flores. No sólo los cumpleaños o aniversarios merecen flores. Cualquier día puede ser perfecto para sorprender a tu pareja.

Otro regalo seguro es el chocolate. Esos bombones tan buenos que le encantan a tu pareja pueden ser un detalle muy especial para tu amor.
Una cena romántica a la luz de las velas y con un ambiente especial, puede ser un precioso regalo para tu enamorado/a. Intenta que la cena sea muy especial, de principio a fin, para que sea un momento que ambos recordéis por siempre: comida que os guste mucho a ambos, buena música, buena bebida,…

Prepara una velada romántica en la suite de un hotel o en un lugar apartado en el que podáis estar los dos solos y pasar momentos muy especiales. Cuida todos los detalles: tener todo lo que puedas necesitar hará que no tengáis que moveros de la habitación, con lo cuál la velada será perfecta.